
La icónica banda celebró con su fans en un sold out definitivo
Por: Arantza Minami
Fotos: Mauricio Lugardo
La cita fue un sábado 15 de febrero en el Estadio GNP, fecha inmejorable para festejar un enorme logro como pasar más de cinco décadas haciendo rocanrol. El concierto era el del Tri y así lo celebraron con sus fans.

Las vallas recién remodeladas anunciaban en sus pantallas una de las frases más icónicas de Alex Lora; “¡Y que viva el rocanrol!” mientras daban la bienvenida a las y los asistentes que ansiaban cantar junto con la legendaria banda todos los éxitos, nuevos y no tan nuevos. Entre el público podía observarse de todo: mucho contemporáneo de los Lora, pero también niños que acompañaban a sus papás o abuelos y que bailaban como si conociera al Tri desde la panza de sus madres. También, había adolescentes que, sorprendentemente, coreaban todos y cada uno de los temas que la banda interpretó.


La promesa era grande, pero fue rebasada con sus más de cuatro horas de concierto, en el que Lora y compañía demostraron tener la fuerza y energía que a veces los treintones ya no tenemos. Entre algunos de los más de 40 temas que la banda tocó se encuentran “La raza más chida”, “El muchacho chicho”, “Nocivo para la salud”, “Niño sin amor”, “Parece fácil”, “¿Por qué no te mueres, Donald Trump?”, “Celular” y “Seguro de vida”. Dos pantallas laterales al escenario y otras dos más que daban a la zona General B, permitieron ver el espectáculo a todo su público: fuego, luces, invitados especiales, todo en perfecta armonía para practicar el deporte nacional favorito del Tri, el rocanrol.
Como parte de la gran celebración, no podían quedarse fuera los grandes éxitos que la banda ha cosechado durante estos 55 años, mismos que la gente canto de principio a fin, con una evidente alegría. Temas como “Oye, cantinero”, “Chavo de onda”, “Todo me sale mal”, “Las piedras rodando se encuentran”, “ADO” y la canción -quizá- más emblemática de su legado y con la que cerraron la titánica jornada, “Triste canción”.

Pero, independientemente de la fiesta que sucitó esta semana El Tri de México, durante todo el concierto y los días posteriores en los que se piensa en lo vivido, venía a mi mente lo grande de una presentación como la que se llevaba acabo ese día, pues las implicaciones sociales eran muchas. S Cuando llegó el rocanrol a México, la gente que podía tener acceso a él no eran las clases bajas como en su original Londres o Estados Unidos, sino una clase media que tenía acceso a productos de importación, viajes, educación artística y tiempo libre (en ese momento había un tanto más de movilidad social, por lo que incluso algunos de nuestros padres o abuelos obtuvieron esos derechos), sin embargo, la apropiación que hicieron esos músicos o artistas no se correspondía necesariamente con la necesidad expresiva de la clase social de la que derivaba el rock (lo que evolucionó con el tiempo). Una parte importante de la asimilación más precisa sobre al original espíritu del rock se vivió gracias al denominado “rock urbano”, del que Tri ha sido emblema durante 55 años, con todo y los detractores que esta afirmación ha generado.

A pesar de que Lora y compañía no provienen de contextos que podríamos determinar como “clase baja” (y a juzgar por las amistades o decisiones comerciales de la banda), la apropiación que hicieron de temas urbanos y cotidianos para un sector de la población como el uso de ciertas sustancias ilegales o el abuso de autoridad, permitió que estas verdades o causas sociales se replicaran en espacios importantes de nuestro país. Cuando se habla del Tri y del impacto de bandas como estas, que bien podrían parecer anacrónicas, debe pensarse siempre que el rock fue un producto cultural perseguido por la política mexicana y por un sector dominante de la población, por lo que haber triunfado con canciones sobre suicidio o sobre María Sabina tiene un mérito propio importante, que no debe palidecer (o no debe olvidarse) ante cuestionamientos que aunque justos, omiten lo que conviene a la construcción de nuevas realidades.

Así, El Tri de México continúa siendo una banda relevante en nuestro país y lo demostraron con creces festejando con un sold out sus 55 años de trayectoria. Larga vida al Tri ¡Y que viva el rocanrol!