El Auditorio Nacional se rinde ante Daniela Spalla

No paramos de lloribailar en la gran noche de Daniela Spalla, quien cumplió su sueño de presentarse en el Auditorio Nacional

Fotos y texto: Brandon Díaz
Fotos: OCESA / Lulú Urdapilleta


Dicen que la vida debe tener un propósito, una meta a largo o corto plazo, que hay que trazar el camino para poder cumplir con cada uno de nuestros sueños sin importar los obstáculos que se nos interpongan. Hace once años Daniela Spalla preparaba su maleta para viajar de Argentina a México; una maleta llena de ilusiones, retos, esperanzas, canciones, miedos, pero sobre todo un sueño que era el de algún día presentarse en el Auditorio Nacional, el cual se hizo una completa realidad el pasado 8 de febrero.

Desde el metro Auditorio Nacional podía observar a los fans que ilusionados apresuraban el paso para llegar lo más pronto posible al recinto ¿Cómo sabía a dónde se dirigían? Una prenda morada los delataba, ya que la convocatoria fue que todos llevaran algo alusivo al color favorito de Dara, nombre que recibe el más reciente disco de Daniela Spalla haciendo homenaje al como se dirigían a ella durante su etapa adolescente.

¡Gracias, Universo Spalla!

En punto de las 20:45 h la sala del Auditorio Nacional se quedó a obscuras para de inmediato ser iluminada por las cientos de coronas de flores y luces que recibirían a Daniela Spalla, quien daba por iniciada la noche con Me Voy, Copy Paste y Si Te Alejas. Dani estaba acompañada de sus músicos en cada extremo del escenario, casi ocultos, no así los bailarines que aportaban en cada coreografía a que la experiencia de DARA en vivo fuera aún más enriquecedora.

Nos remontamos a la época entre 2016 y 2017 con Amor Difícil y Prometí, cuando en aquellos días Daniela se presentaba en lugares pequeños y el Auditorio Nacional se veía todavía lejano. No Me Hables de Amor, 200K y Viaje A La Luna (esta en compañía de Renee, abridora del show) eran apenas el inicio del sube y baja de emociones con mucho baile que estábamos por vivir.

Foto: Lulú Urdapilleta

DARA es un álbum distinto a lo que Daniela nos había estado mostrando anteriormente y donde además de experimentar otros sonidos, también apuesta por dejar un poquito de lado las letras tristes ya que nuevamente le ha abierto las puertas al amor, lo cual se ve reflejado con Mientras el Mundo se Acaba.

Hubo cuatro cambios de vestuario acorde a lo que ocurría en el escenario, donde llegaba el momento de ir a la playa con Pinamar y Costa Rica para después irnos Lejos de la Ciudad con Provincia. La enorme sorpresa de la noche sucedió teniendo de invitada a Denisse Guerrero de Belanova para cantar Estábamos Tan Bien (aunque se le iban algunas letras, fue una agradable colaboración).

Foto: Lulú Urdapilleta

DARA seguía sonando con La Carta, Aceleré, Calle Sin Salida y La Noche. Para este momento Daniela portaba una vestimenta totalmente blanca, igual a un vestido de novia y que, desde mi perspectiva, hizo que fuera aún más doloroso escuchar Volverás que dio cierre con un performance por parte de la coreógrafa, logrando transmitir, sin palabras, el dolor de una pérdida.

Foto: Lulú Urdapilleta

Pero bueno, ya muchas lágrimas ¿No? ¡Esto era una fiesta! y qué mejor que con Flores, quizás la canción mas coreada de la noche, una a la cual no podía faltar Esteman para cantar Te Alejas Más de Mi y Besos y Pendientes, donde los flashes de los celulares con luces moradas iluminaban al Auditorio Nacional en la recta final del show.

Foto: Lulú Urdapilleta

Tras los agradecimientos de Daniela a su familia, su pareja, equipo de trabajo y los fans, pudimos escuchar Azúcar Amargo (cover a Fey), canción que Daniela bailaba junto a su hermana en el garage de su casa durante su adolescencia.

Vete de una Vez y Te veo a la Salida daban cierre a una de las mejores noches en la trayectoria de Daniela Spalla, quién ha demostrado que los sueños sí se cumplen, que se encuentra en la mejor etapa de su carrera y que va por más.

Foto: Lulú Urdapilleta

¿Será el Palacio de los Deportes el próximo reto? Muy probablemente así sea, en Ídolos estamos ansiosos por volver a echarnos una nueva lloribailada.