Este 2024 se cumple el vigésimo aniversario de algunos de los álbumes que cambiaron la música popular. En Ídolos haremos un recuento de ellos.
Hoy por la mañana regresé a uno de los lugares en que más feliz fui; con la esperanza vertida en mi bolsa, me dirigí a la escuela en la que dejé mis mejores memorias de la adolescencia. Ahora, convertida en adulta observaba los edificios en que pasé mi juventud entre risas de amigos y clases que intentaban decirme algo. Recordaba cómo esas largas caminatas en la escuela las hacía con el que fue mi acompañante más querido: el primer iPod que tuve y en el que cargaba fervientemente la música que circulaba en mis audífonos hasta mis oídos y corazón.
Durante esa etapa de mi vida la música fue lo que me sostuvo en muchos momentos y lo que me permitía continuar por el sinsentido de la vida. Durante esa etapa conocí y reconocí discos que hoy (porque antes escuchábamos discos completos) se han adherido al ADN del rock y de la música popular en general. Estos discos, en algún momento de mi adolescencia, cambiaron el rumbo de mi vida y de la de muchos otros adolescentes que encontrábamos una forma de refugio y expresión en las letras y música de londinenses, escoceses, estadounidenses y demás nacionalidades que borraban los límites absurdos de las fronteras para conectarnos en un mundo en el que la sensibilidad era el origen y el destino.
Algunos de estos discos cumplen 20 años de existencia, por lo que, en un viaje de nostalgia me detuve a escribir sobre ellos, a describir (a veces de forma torpe porque la experiencia estética puede desbordar las palabras) la huella que estos álbumes han dejado en la música popular y en la vida de algunos, incluyéndome.
Hoy, propongo viajar a esa parte de la Gran Bretaña donde las leyendas de un monstruo marino se conjugan con el tartán y las gaitas, específicamente a Glasgow, en la que cuatro herederos de los salvadores del rock (ustedes saben quiénes son) se preparaban para la aventura del primer disco. El 9 de febrero de 2004, una banda que me permitió pasar exámenes de historia gracias a su nombre lanzó al mundo su homónimo debut: Franz Ferdinand.
Franz Ferdinand – Franz Ferdinand. Fecha de publicación: 9 de febrero, 2004. Sello discográfico: Domino Records.
Lista de canciones:
- Jacqueline
- Tell her tonight
- Take me out
- The dark of the matinée
- Auf achse
- Cheating on you
- This fire
- Darts of pleasure
- Michael
- Come on home
- 40′
El álbum homónimo de estos europeos comienza con la dulce voz de su vocalista Alex Kapranos en “Jacqueline”, en la que acompañado de una guitarra acústica convierte un tema melancólico en una explosión de juventud, traducida en un bajo exquisito, una batería certera y unas guitarras contundentes. “Tell her tonight” hace su aparición como segundo tema, con coros y ritmos cínicos que imprimen al rock ese dejo burlesco que le es intrínseco.
Lo que vendría a continuación se volvería un clásico. “Take me out” y “The dark of the matinée” fueron dos de los cincos sencillos que se lanzaron mundialmente, estos significaron el posicionamiento de Franz Ferdinand como una de las bandas más importantes de la nueva era, consiguieron fama internacional y la oportunidad de llegar a casi todos los rincones del planeta; todos comenzaban a prestarle atención a esta banda escocesa.
“Darts of pleasure”, “This fire” y “Michael” también fueron lanzados como sencillos, que no hicieron más que confirmar el fenómeno que se gestaba alrededor de la banda. Este último tema merece una mención especial pues se trata de una canción impetuosa, fuerte, concisa, con una línea rítmica bastante marcada por un bajo que no se ahoga en las aguas furiosas de la veloz batería y las guitarras vastas de acordes precisos.
Por otro lado, este álbum marcó una pauta importante en la manera de hacer las cosas: Domino Records, el sello discográfico que produjo el Franz Ferdinand, se trataba de una disquera independiente. De pronto las bandas y solistas se dieron cuenta que podían hacerse de sus producciones sin el apoyo de una enorme compañía. Comenzó la llamada era indie, en la que las disqueras independientes se valían de proyectos emergentes para figurar como negocio y los proyectos a su vez se valían de las disqueras nuevas para darse a conocer ante un público más grande del que ellos podían conseguir.
Sucedió también que los mismos músicos o interesados conformaban su propia disquera y sus propios medios de producción y mercadotecnia. Lo independiente ya no representaba pérdida de dinero, ahora podía ser rentable. Por supuesto que Franz Ferdinand no inventó este tipo de negocio, pero sirvió como ejemplo de que lo independiente podía ser grande.
Franz Ferdinand (el disco) introdujo a la escena musical a una banda que apostaba por la diversión, frescura y cinismo en sus composiciones y que, posteriormente con su You could have it so much better (with Franz Ferdinand), reafirmaría como su sello distintivo.
Todas y todos hemos escuchado por lo menos un sencillo del disco debut de los escoceses, todos hemos bailado alguna vez con sus temas pegajosos de guitarras con personalidad propia, de letras que escurren sensualmente, de un bajo imponente y pulcro, y de una batería que crea acentos en el tiempo; todos o casi todos. Si bien hacer rock ‘n’ roll no es un trabajo fácil, Franz Ferdinand logró que lo pareciera y que todos soñáramos con intentarlo.
Felices 20 años al archiduque del rock.
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