Midnight Generation se presentó por primera vez en su carrera en Teatro Metropólitan ¡Checa nuestra crónica!
✍️ Arantza Minami / 📸 OCESA
Hace poco, en una clase que tomaba los jueves sobre uno de mis directores de cine favoritos, Jim Jarmusch, hablábamos sobre la noche y las posibilidades de esta, de la deriva, del encuentro. Concluíamos que la noche, que el deambular nocturno, nos enfrenta con la posibilidad y, dentro de ella, también con el baile, un don que se ofrece a ti y a otros. Todo esto vino a mi mente el sábado pasado cuando por coincidencia (no existen las coincidencias) terminamos bailando al ritmo de la banda Midnight Generation, en su presentación en el Teatro Metropólitan.
Sentíamos el calor de la última noche de septiembre, estábamos citados a las 8 de la noche; pasados unos minutos comenzamos a entrar. Había gente a la que no podía reconocer generacionalmente: “puros chavitos”, pensé. Ya en nuestros lugares y con unas cervezas en la mano, se dio el encuentro: luces y sonidos se mezclaban para colorear las primeras notas de un intro al que sucedió Someday, tema de su más reciente material, Afterlife. Hombres uniformados comenzaban el ritual.
La fiesta se encendía y nada la detuvo en toda la noche. Las butacas sólo servían de sostén a bolsas y abrigos, ningún asiento tomado. El baile, el don, dominaba los cuerpos. La pantalla colorida permanecía encendida con juegos de colores e imágenes abstractas, mientras el setlist continuaba con Starlight, Impala 1985 y She Loves Earth, Wind And Fire, en las que un funk electrónico ya no dejaba espacio para dudas: Midnight Generation no puede dejarte indiferente.
Temas como Trouble, Wrong Call, La La La, Suited Man, provenientes de sus tres materiales publicados, resonaban en un Metropólitan casi lleno, logro innegable en una industria musical como la nuestra. No paramos de bailar ni un solo momento. La energía era contagiosa, los problemas se desvanecían con cada beat.
“Es una de esas bandas que necesitan más atención” me dijo un asistente a mi lado; no pude estar más de acuerdo con él. Las claras referencias de los chihuahuenses hacia Daft Punk (el sampleo del tema Giorgio by Morodor nunca lo voy a olvidar), Kraftwerk, Gorillaz, Jungle y hasta LCD Soundsystem los pone claramente en la mira. De esto son testigos los invitados que ornamentaron la presentación de la banda mexicana: Gabacho, Rubytates y el legendario Alejandro Rosso de Plastilina Mosh.
Inevitable como es que todo se acabe, Midnight Generation proporcionó en el tema final, Afterlife, la oportunidad de arrojarse al baile como último punto de encuentro. Fue ahí que nos despedimos todos, arrojando las tragedias y las preocupaciones al costado. Los hombres uniformados pusieron pausa al ritual y salí de ahí pensando en la casualidad que no existe, en la deriva, en la noche y deseando que se enciendan más reflectores sobre bandas así, que para eso vinimos al mundo: para bailar.
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