Navegamos a través del universo con Camilo Séptimo en Palacio de los Deportes

El décimo aniversario de Camilo Séptimo fue el pretexto ideal para volver al Palacio de los Deportes, esta vez en un alucinante show 360°

Texto: Brandon Díaz / Fotos: Liliana Estrada
¿Pueden creer que vamos para diez años desde que muchos empezamos a escuchar de unos tales Camilo Séptimo? Ajá, aquellas épocas donde surgían comentarios “Yo solo conozco a Camilo Sesto” a la par de también empezar a familiarizarnos con proyectos cómo Reyno, Mon Laferte, Caloncho y Siddhartha, por mencionar algunos. Ciertamente ha pasado una década y cada banda ha hecho su propia historia, siendo la de CVII una de las más llamativas debido al enorme punch que tuvieron en tan poco tiempo.

Podríamos decir que de los venues más importantes de la Ciudad de México únicamente les falta pisar en solitario la Arena CDMX y el Foro Sol. Sin embargo pareciera que la banda no tiene prisa por llegar a esos sitios, si en diez años lograron llenar Lunario, El Plaza, Metropólitan, Pepsi Center, Auditorio Nacional y ahora en dos ocasiones el Palacio de los Deportes ¿Qué podría pasar si tardan un poquitito más en conseguir escenarios más grandes? Aquí lo importante era la gran celebración que se realizaría en el Domo de Cobre el pasado fin de semana, donde los originarios del Estado de México volvieron a darnos cátedra de como la escenografía y los juegos de luces son, además de su ejecución de instrumentos, sus más grandes aliados.

No es para nada un secreto que el audio del Palacio de los Deportes suele ser un problema y vaya que en esta ocasión lo fue en algunas de sus secciones durante el show (al menos en las primeras cuatro rolas donde estuve de pie esperando a que mejorara), por lo cual pase un trago amargo al querer escuchar Maya, Veneno, Cómo Tu y Fusión (dónde por alguna extraña razón extraña recibí una ahorcada de mi acompañante). Ya del otro lado (entre empujones) con una mejor vista y una notable mejora del audio, el set continuó con Eres, Fantasmas y Vueltas (esta última teniendo de invitados a Solo Fernández)

¿Qué decir del escenario que simulaba una nave espacial? Cómo mencioné hace un momento, Camilo Séptimo sabe usar a su favor hasta el más mínimo detalle de su entorno para hacer de sus shows en vivo una experiencia más allá de la música. Esta enorme plataforma no pudo ser mejor complemento para las rolas que se interpretaban en directo, donde a nivel personal disfruté aún más de esto durante Neón (o sea si, en todas, pero quiubo con ese momento).

Luego del primer interludio tuvimos en Samantha Barrón a la segunda y última invitada de la noche con Galáctica y Ciclones. Yo diría que fue más que suficiente, no todos los shows deben estar llenos de invitados y ciertamente, aunque han tenido varias colaboraciones, esta no era la ocasión para tener a más. Lo que quizá si hizo falta fueron algunas rolitas de antaño que hemos pedido por años y nomás no nos pelan (Por si leen esto, ya toquen Amanecer en su versión original e Involución).


¿Y la lloradita? Esa claro que se hizo presente desde Ser Humano, No Te Puedo Olvidar, Cuando No Estás Conmigo y obviamente aún más en Miénteme, donde el Palacio de los Deportes fue iluminado por las luces de los celulares de todos los Navegantes (fans de Camilo Séptimo).

Ya en la recta final hicimos un último Contacto con la nave central que seguía iluminándose al ritmo de No Confíes en Mí, quizá la rola más emblemática del grupo de amigos que por diez años ha estado cumpliendo su sueño de pisar los mimos escenarios que los artistas que más admiran. Un clásico en los conciertos de la banda es la gente gritando pidiendo Vicio (no ese vicio que estás pensando) para culminar este gran e Inevitable festejo de una de las bandas mexicanas más importantes, reconocidas y queridas por el público.

Sigamos celebrando los diez años de la banda con su próximo show en el Lunario del Auditorio Nacional el 23 de agosto, donde interpretarán Maya (2014) en su totalidad junto a varios éxitos (porqué sino el show duraría 30 minutos).